Aborda la importancia crítica del agua en la salud pública y el bienestar, destacando cómo su mala calidad puede contribuir a diversas enfermedades. Aunque Chile tiene una alta disponibilidad de recursos hídricos per cápita, enfrenta desafíos significativos como la mega sequía y la contaminación por arsénico. El cambio climático también agrava estos problemas, reduciendo los caudales disponibles para diluir contaminantes. Se menciona la necesidad de mejorar la potabilización del agua y actualizar las normativas para gestionar mejor la calidad del agua y su distribución. Además, se resalta la importancia de la vigilancia y la gestión preventiva en los sistemas de distribución de agua potable para evitar contaminaciones y garantizar un suministro seguro. El informe concluye con recomendaciones para conservar y gestionar de manera más eficaz el recurso hídrico en Chile, enfatizando la actualización de regulaciones basadas en avances científicos.