Carlos Foxley, presidente de Acades: “La relación entre el hidrógeno verde y el agua es indisoluble”

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Hacia 2030, se proyecta que la industria del hidrógeno verde en Chile demandará unos 107 millones de metros cúbicos de agua destilada o desalinizada, según el informe “Disponibilidad del recurso hídrico en el desarrollo del hidrógeno verde y sus derivados en Chile” del proyecto International PtX Hub, apoyado por la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional GIZ.

jueves 10 de octubre del 2024.- El pasado 8 de octubre se celebró de manera internacional el Día del Hidrógeno Verde, con el fin de concientizar y relevar el desarrollo de éste, el cual “es generado a partir de electricidad renovable, utilizando como materia prima el agua, también es conocido como hidrógeno renovable”, explica AEDyR, la Asociación Española de Desalación y Reutilización.

El hidrógeno verde, la desalación y el reúso del agua están interrelacionados ya que el agua es esencial para producir hidrógeno verde, mientras que la desalación y reúso de agua requieren energía. Estas tecnologías pueden complementarse en varios niveles.

Hacia 2030, se proyecta que la industria del Hidrógeno Verde en Chile demandará unos 107 millones de metros cúbicos de agua destilada o desalinizada. “Ante esta necesidad, se identifican tres fuentes de agua bruta: aguas subterráneas, aguas tratadas y agua de mar. La gestión sostenible es imperativa, considerando aspectos tecnológicos, ambientales y sociales”, asegura el informe “Disponibilidad del recurso hídrico en el desarrollo del hidrógeno verde y sus derivados en Chile” de International PtX Hub.

Carlos Foxley, presidente de la Asociación Chilena de Desalación y Reúso (Acades), destaca que “la relación entre el hidrógeno verde y el agua es indisoluble, es una materia prima muy importante y particularmente el agua que obtengamos de nuestro mar a través de procesos de desalación en las regiones que hay más posibilidades de desarrollar estos proyectos, Antofagasta y Magallanes”.

Y el líder de Acades agrega que “la desalación no solo es estratégica respecto de la provisión de un insumo clave como lo es el agua en el proceso de generación de hidrógeno verde, sino también en los tiempos para el desarrollo de proyectos. El promedio para los permisos de una planta desaladora, en la actualidad, es de 8 años  y eso, pensándolo desde la perspectiva del mercado de hidrógeno verde, hace que el país sea menos competitivo”.

De hecho, el Plan de Acción de Hidrógeno Verde de Chile 2023-2030 contempla entre sus acciones el promover el uso de agua desalada y/o reúso de agua para actividades como el uso industrial, contribuyendo así al resguardo y priorización del uso de fuentes de agua continentales para el consumo humano.

La desalación y reutilización de agua permiten obtener agua de calidad para la producción de hidrógeno. Además, el proceso de electrólisis, necesario para generar hidrógeno, puede beneficiarse del reúso de aguas residuales, ayudando a la eliminación de contaminantes y reduciendo el consumo de energía, lo que haría los sistemas de tratamiento más sostenibles.

Otro de los beneficios comprobados es que el costo del agua impacta en menos del 1% al costo final del hidrógeno y se requiere relativamente poca agua -10 litros por kilogramo de hidrógeno verde-. “La desalinización se plantea como una solución para el abastecimiento de agua en el desarrollo de la industria del Hidrógeno Verde en Chile”, plantea el informe del proyecto International PtX Hub, apoyado por la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional GIZ.