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El proyecto busca recuperar hasta 900 litros de agua por segundo, gracias a una planta de tratamiento que iniciará su construcción el año 2025.
El estudio de 2020 del Banco Mundial señala que el agua residual es un recurso valioso que debe comenzar a recuperarse como fuente de agua limpia, energía y nutrientes. “Ya no debe considerarse a las aguas residuales un ‘residuo’, sino más bien un recurso. Esto es un principio fundamental de la economía circular como sistema económico”, manifiesta Diego Juan Rodríguez, especialista sénior en gestión de Recursos Hídricos del Banco Mundial.
En este contexto, Antofagasta busca ser una región pionera en Chile gracias a la construcción de la primera operación de cobre que utilizará de manera intensiva las aguas servidas de la ciudad, para acercarse a una “descarga cero al mar”. Este inédito proyecto ha sido posible gracias al trabajo de diversos actores, públicos y privados y de la empresa estatal Econssa. El objetivo es construir una planta de tratamiento de agua ‘Nudo Uribe’ que permitirá recuperar hasta 900 litros de agua por segundo para uso de la industria minera de la región, siendo los primeros en contratar la Minera Lomas Bayas y el Complejo Metalúrgico Altonorte, empresas del Grupo Glencore. Es decir, el agua que ya ha sido usada por la población – cuyo origen es, en su mayoría, agua de mar desalada, en el caso de esta ciudad – será nuevamente tratada para su reúso en la minería.
“En Chile no se han desarrollado proyectos de este tipo y magnitud, donde se dispone una nueva fuente de agua con las aguas servidas que genera una ciudad. Queremos impulsar el desarrollo de otros proyectos similares en zonas costeras, aprovechando ese gran potencial que existe, ya que en Chile hay 8,5 m3/segundo que se descargan a la mar”, asegura el gerente de Desarrollo de Econssa, Fernando Velázquez.
La construcción de esta planta -que se iniciará el 2025 y supone una inversión de más de US$270 millones- “garantiza no sólo un recurso fundamental para las faenas minera, como es el agua, sino que consolida la seguridad hídrica de todos los sectores de la región y pone el foco en los principios de economía circular de la ONU en cuanto a valorizar lo que antes era considerado un residuo. Ojalá muy pronto se sumen nuevos usuarios que sigan el ejemplo de Glencore”, refuerza Carlos Foxley, presidente de la Asociación Chilena de Desalación y Reúso, Acades.
Pero el caso de la capital de la segunda región sería solo el comienzo. Por su parte, Carlos Méndez, gerente general de Aguas Antofagasta – empresa sanitaria que provee de agua potable al 80% a los habitantes de la ciudad en base a nuevas fuentes como el agua de mar- no descarta “replicar iniciativas similares en otras ciudades como Mejillones, Tocopilla y Taltal, en conjunto con el Gobierno Regional”.
Asimismo, Velásquez menciona una serie de nuevas alternativas de eficiencia hídrica que se pueden activar en torno al reúso. El ejecutivo afirma que “entre otras soluciones, se podrían canjear aguas tratadas de reúso por aguas continentales, lo que se denomina swap de agua, generando fuentes de agua dulce para consumo humano a partir de cambiarlas por aguas tratadas para la industria”, reforzando así el potencial futuro de este tipo de proyectos.