Explora cómo los conocimientos tradicionales pueden fortalecer la gestión de recursos naturales y la resiliencia frente a crisis múltiples como la escasez hídrica, la pandemia y el cambio climático. Destaca la importancia de integrar el Conocimiento Ecológico Tradicional (CET) con la ciencia y las políticas públicas para desarrollar estrategias sostenibles. Propone valorar y documentar estos saberes ancestrales para mejorar las prácticas de gestión comunitaria y contribuir a la planificación territorial sostenible. Además, enfatiza en la co-producción de conocimientos para enfrentar los retos socioecológicos actuales y futuros, promoviendo un diálogo intercultural y multiactor que amplíe las perspectivas en la toma de decisiones y políticas públicas.